La IA responsable y las oportunidades para los RRHH


La IA ha alcanzado hitos notables en los últimos años: del análisis de datos históricos (IA descriptiva) a la previsión de la evolución futura (IA predictiva) y las plantillas de decisión (IA prescriptiva), pasando por la creación de nuevos contenidos (IA generativa). El futuro avanza claramente hacia la ejecución autónoma de acciones con la ayuda de la IA agéntica.
La inteligencia artificial forma parte de la vida (laboral) cotidiana de todos los empleados y directivos. Sin embargo, su uso en la práctica empresarial es aún a veces rudimentario y se limita a aplicaciones analíticas. Aún no se ha adquirido un conocimiento profundo de la IA ni experiencia en su introducción y uso. Esto debe ocurrir mientras el desarrollo técnico avanza cada vez más rápido, la gama de productos y servicios se hace inabarcable y aumenta la presión por ser eficientes. Muchas empresas están introduciendo la IA del mismo modo que antes introdujeron soluciones de software y herramientas: con vistas a funcionalidades (individuales) que puedan automatizarse. El objetivo es lograr una mayor eficiencia y ser más rentables.
Obstáculos estructurales para la IA
Es precisamente en este punto donde están llegando a sus límites, ya que los requisitos estructurales no son suficientes. Para aprovechar realmente el potencial de la IA, la base de datos debe ser correcta, de alta calidad y transparente. Los algoritmos y las herramientas deben entenderse y estudiarse desde el punto de vista ético. Y cuando las soluciones funcionales individuales se sustituyan por agentes de IA, todo debe estar perfectamente conectado.
En realidad, sin embargo, se utilizan innumerables herramientas, además de bases de datos y fuentes diversas. Las interfaces automatizadas y manuales coexisten o faltan por completo. Los procesos deficientes se han digitalizado mal. Algunos entornos informáticos históricamente evolucionados consumen enormes sumas de dinero en mantenimiento, mientras que las funciones son opacas. Sobre esta base, es casi imposible introducir soluciones de IA o incluso agentes y generar realmente los beneficios esperados.
Por lo tanto, el camino hacia la transformación integral y el uso generalizado de la IA es estratégico. Las plataformas basadas en la nube con soluciones estandarizadas son especialmente potentes y demuestran cómo funcionan los procesos de RRHH asistidos por IA, desde la automatización de tareas administrativas hasta el desarrollo predictivo del talento. Sin embargo, sin una estrategia de datos viable y una revisión crítica de la arquitectura de TI, este potencial seguirá sin aprovecharse. También hay requisitos completamente nuevos para los directivos, porque mientras que las tareas de gestión pueden automatizarse, las de liderazgo son cada vez más importantes.
Liderazgo en el banco de pruebas
El liderazgo en la era de la IA se caracteriza por paradojas: por un lado, los sistemas de IA proporcionan análisis y bases de decisión aparentemente perfectos, mientras que, por otro, el conocimiento empírico y la comprensión contextual son cruciales. Por otra parte, los directivos reciben más ideas y modelos de decisión y les resulta difícil juzgar su fiabilidad mientras no comprendan las fuentes de datos, los algoritmos y los posibles sesgos.
Otra paradoja es que los directivos deben impulsar la IA, aunque ello signifique cuestionar su propio papel o incluso el modelo de negocio de toda la empresa. Esto requiere valentía, apertura y voluntad de probar cosas nuevas, pero también un escrutinio crítico. La experiencia en IA de empleados y directivos no sigue automáticamente el ritmo del progreso tecnológico rápido. Son importantes los espacios protegidos en los que las personas puedan adquirir experiencia. La transparencia es esencial en este sentido, ya que es más probable que los empleados acepten el cambio si comprenden los objetivos y los efectos. La implementación de la IA requiere una estrategia de comunicación bien pensada que pueda transmitirse de forma clara y concisa ante la creciente densidad de información.
El uso de la IA está cambiando radicalmente las exigencias impuestas a los RRHH y a los directivos. Ya no basta con confiar en la "caja negra" de la IA, sino que cada vez es mayor la responsabilidad de utilizarla de forma ética. El "conocimiento de la IA", es decir, una comprensión profunda de las tecnologías, se está convirtiendo en una competencia clave necesaria. Es la única manera de que los directivos gestionen de forma responsable el impacto sobre las personas y las organizaciones. El liderazgo basado en la ética y el diálogo abierto con los empleados se están convirtiendo en tareas de gestión cruciales en la era digital.
Los equipos y responsables de RRHH no sólo deben garantizar la seguridad de los datos y la privacidad, sino también la imparcialidad y la transparencia. Esto es especialmente cierto cuando se trata de datos personales sensibles y decisiones automatizadas, por ejemplo en la contratación o la gestión del rendimiento. Habilidades como la agilidad, la planificación de escenarios y el análisis de datos son cada vez más importantes. El uso con éxito de la IA requiere pensamiento estratégico, adaptabilidad y una voluntad continua de revisar críticamente las propias funciones y estructuras de equipo. A pesar de la creciente mecanización del mundo laboral, el factor humano sigue teniendo una importancia fundamental: la empatía, la inteligencia emocional y la capacidad de establecer relaciones de confianza son competencias básicas que no pueden automatizarse. Los equipos de RRHH tienen un papel especial que desempeñar en este sentido. Mientras que RRHH tiene que tomar la iniciativa en la gestión de los procesos administrativos de RRHH a través de la IA, se liberan capacidades para el asesoramiento y el coaching. La transformación de RRHH hacia una organización centrada en el ser humano y basada en la tecnología es un primer paso decisivo.
Conclusión: excelencia en RRHH a través de la IA
La IA cambia radicalmente el trabajo: de los procesos a las funciones y de las organizaciones a los objetivos. En consecuencia, debe anclarse como una tarea estratégica en el nivel C. Sin embargo, la IA no es un fin en sí mismo, sino una herramienta poderosa para desarrollar todo el potencial de las personas y las organizaciones. Cuando la organización del trabajo y el desarrollo cultural de la empresa ocupan un lugar central, es tarea de RRHH ofrecer soluciones competentes y valientes, moderar el proceso de transformación e introducir la tecnología de forma competente y éticamente responsable. El futuro del éxito del trabajo de RRHH pertenece a quienes combinan tecnología y humanidad y tienen el valor de replantearse el liderazgo.
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